Cómo educar niños para un mundo con igualdad de género


Prácticas introducidas en la primera infancia promueven una educación con menos estereotipo y discriminación
Imagina que el mundo tenga un crecimiento del PIB global de 3,9%, con una disminución de 59,6 gigatoneladas de dióxido de carbono lanzados en la atmósfera hasta 2050 y una reducción de un 9,5% en la mortalidad infantil. ¿Te imaginaste? Pues estos serían solo algunos de los beneficios que la igualdad de género traería a la humanidad.
Además de traer dignidad y derechos humanos para la mitad de la población mundial, la igualdad de género beneficiaría la economía mundial. Según una encuesta realizada por la Organización Internacional del Trabajo, la reducción de la desigualdad entre hombres y mujeres en el mercado laboral aumentaría la tasa de empleo y, en consecuencia, el PBI mundial.
La salud es otra área que se beneficiaría con el fin de la desigualdad de género: de acuerdo con un estudio que analizó datos de 219 países, el aumento del acceso a la educación de las niñas y mujeres tiene efecto directo en la disminución de la mortalidad infantil.
El medioambiente también lo agradecería si la humanidad fuera a ofrecer igualdad de oportunidades a todas las personas. El proyecto Drawdown, que relevó 100 soluciones para reducir los efectos del cambio climático, rankeó la educación de las niñas como la sexta solución más eficiente para reducir los contaminantes hasta el año 2050, con un “incalculable” retorno de la inversión.
Según Drawdown, eso sucede porque niñas y mujeres con más acceso a la educación tendrían más conciencia de la importancia de la planificación familiar, contribuyendo, por ejemplo, a la disminución del crecimiento poblacional y, consecuentemente, del calentamiento global. (Lea más acerca de cómo la igualdad de género es una de las soluciones para combatir la crisis climática en este informe de Believe.Earth)
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU consideran la igualdad de género como la quinta de las 17 metas para 2030, con recomendaciones de políticas públicas para avanzar en la pauta de género a gran escala. Pero debido a la característica estructural del problema, las acciones individuales tienen un enorme potencial de cambio.
Según los expertos, las pequeñas actitudes, como exponer a los niños a personajes diferentes en libros y películas o compartir por igual las tareas del hogar, pueden redefinir las normas de comportamiento para esta y para las generaciones futuras y aumentar el acceso de mujeres a recursos y oportunidades.
Hemos preparado una serie de contenidos para que conozcas cómo contribuir a la igualdad de género, desde la niñez, pasando por la adolescencia y también en la edad adulta. En este primer artículo, te mostramos cómo iniciar este proceso con los niños.
Fuente: Believe.Earth