Cómo expresan la tristeza los niños

Nadie está exento de estar triste, ni siquiera los más pequeños. La pérdida de alguien, una circunstancia imprevista, una oportunidad desaprovechada… La tristeza en los niños no es una excepción. Por eso, debemos estar ahí para cuando nos necesiten. Educarles en la conciencia y regulación emocional es clave para que luego, sean capaces de expresar cómo se sienten.

Cuando un adulto se encuentra triste, usualmente reconoce qué es lo que está sintiendo, puede transmitirnos con claridad qué le sucede y cuenta con diferentes estrategias para manejarlo. Sin embargo, cuando un niño se encuentra triste, si bien el dolor y la tristeza están presentes, no necesariamente reconoce lo que le está sucediendo y no siempre expresa estos afectos de forma clara. 

Los niños pequeños no tienen palabras para expresar lo que sienten o no puede dar un nombre a su malestar, como lo hacemos nosotros. Por esta razón su forma de manifestarnos su malestar va a ser a través de su comportamiento.

¿Cómo nos pueden expresar los niños su tristeza?

La ansiedad, el aburrimiento, el pesimismo y la tristeza han sido los protagonistas del empeoramiento de la salud mental infantil a raíz del confinamiento y las restricciones.

Los niños pueden expresar su tristeza de diversas formas, y es esencial que los adultos estemos atentos a las señales para brindarles el apoyo necesario. Estas son algunas de las expresiones de tristeza más comunes en los peques:

  • Llanto: el llanto es una forma natural de expresar emociones, incluida la tristeza. Los niños pueden llorar para mostrar que están sintiéndose mal o abrumados.
  • Irritabilidad: aunque nos parezca raro, un niño que está triste se puede mostrar irritable e incluso agresivo.
  • Retraimiento: algunos niños pueden aislarse o retirarse cuando están tristes. Pueden evitar interactuar con otros y preferir pasar tiempo a solas.
  • Cambios en el comportamiento: la tristeza puede manifestarse a través de cambios en el comportamiento. Un niño que normalmente es activo y extrovertido puede volverse más retraído y silencioso. También, como hemos explicado, pueden mostrar irritabilidad o, incluso, agitación.

Debemos luchar contra el instinto inicial que nos lleva a menudo a deslegitimar aquella emoción “negativa” que él llanto del peque exprese.

  • Desánimo: los niños que están tristes pueden estar desmotivados y con desgana ante actividades que antes disfrutaba, como por ejemplo jugar con sus juguetes favoritos.
  • Cambios en el apetito: la tristeza también puede afectar el apetito de los niños. Pueden perder el interés en la comida o, en algunos casos, buscar consuelo en la comida y comer más de lo habitual.
  • Cambios en el sueño: la tristeza puede interferir con el sueño de un niño. Pueden tener dificultades para conciliar el sueño, despertarse durante la noche o tener pesadillas.
  • Comportamiento regresivo: algunos niños pueden mostrar comportamientos que han superado previamente, como por ejemplo chuparse el pulgar o mojar la cama.

Sin embargo, para nosotros puede ser difícil reconocer y detectar qué le sucede, más allá de ese comportamiento. ¿Por qué? por un lado, porque difieren en gran medida de las expresiones que conocemos de tristeza en los adultos, y por otro, porque genera mucha angustia llegar a reconocer que tu niño se esté sintiendo de esa manera. 

En ocasiones estas manifestaciones pueden generar rechazo y ser catalogadas como un comportamiento no deseado o una “mala conducta” por ejemplo si lo vemos agresivo. El peligro que hay en esto es que podríamos terminar por etiquetar como un mal comportamiento algo que en realidad son síntomas de un malestar profundo, que busca ser expresado, reconocido y encauzado por los padres o adultos a cargo de los niños.

¿Qué hacer?

  • Ante actitudes o conductas que no son deseables o esperadas intenta mantener una actitud de escucha. Esto te permitirá abrir un espacio para pensar y buscar comprender qué le sucede.
  • Pregúntate: ¿Ha habido cambios bruscos en el comportamiento? ¿Ha habido alguna situación en su entorno que desencadenara este malestar? (Por ejemplo: cambios en el ambiente familiar, pérdida de alguien, mudanzas, entre otras).
  • Busca nombrar y dar palabras a los sentimientos del niño.”Entiendo que te sientes triste…”“Esta situación te debe haber hecho sentir mal.” Poco a poco podrá reconocer que para eso que está sintiendo hay palabras, que puede ser nombrado y pensado y que no solo es un sentimiento o una explosión de emociones. De esta manera lo ayudas a organizar lo que pasa en su interior.
  • Acompáñalo y da contención a eso que siente, transmítele que comprendes que está muy irritado y se siente mal pero que permanecerás junto a él. Muchas veces genera malestar a los padres el poder sostener la frustración del niño.

Cuando logramos reconocer el malestar que tiene el niño y facilitar que exprese lo que siente lo ayudaremos a calmarse y a disminuir ese malestar, y esta será la base para que descubra sus propios recursos para manejar sus emociones y conseguir la calma en el futuro.

Es fundamental que prestemos atención a todos los signos alerta que hemos explicado y nos comuniquemos de manera abierta y comprensiva con nuestros peques sobre sus sentimientos. Animarlos a expresar lo que sienten y asegurarles que está bien estar triste puede ayudarlos a manejar sus emociones de manera saludable. 

Si la tristeza persiste o afecta significativamente la vida del niño, es importante buscar el apoyo de un profesional capacitado en salud mental infantil.

Fuente: Serpadres.es

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