Rabietas: crea en casa un rincón de calma para que tu hijo se calme


Si estás abrumado y no sabes qué hacer para calmar las rabietas de tus hijos, te enseñamos cómo crear un rincón de la calma donde le puedas mandar a tranquilizarse cada vez que tenga una.
“Nunca deberíamos entender una rabieta como una guerra entre un niño y su padre”. Así de tajante nos respondía el psicólogo Alberto Soler hace unos años, cuando le preguntábamos por cómo mantener la calma y la tranquilidad ante la rabieta de nuestro hijo. “Un factor determinante para mantener esa calma es la lectura que hagamos de la conducta del niño”, aseguraba. “Si interpretamos esa rabieta como un desafío, probablemente no mantengamos la tranquilidad pero, si la interpretamos como un fenómeno que forma parte de su desarrollo, quizás nos podemos mantener más seremos”.
Y es que, precisamente, ahí está el quid de la cuestión: las rabietas infantiles son necesarias. Son una muestra más de que el niño es, todavía, inmaduro emocionalmente hablando. Pero son también la señal más clara de que está trabajando en esas emociones que siente por primera vez. Lo que lleva a sentir una rabieta es la frustración de no saber cómo controlar sentimientos que no había experimentado antes: ira, rabia, miedo… Es importante saber cómo controlarlas para que, en el futuro, el niño goce de buena inteligencia emocional.
Si entendemos que son necesarias, entenderemos también que queda en nosotros, sus padres, la manera en la que nos las tomemos. Hemos hablado largo y tendido sobre este tema y algo que no nos cansamos de repetir es que los castigos no son, bajo ningún concepto, una alternativa sana para acabar con ellas. Y es que, podremos estar dañando su autoestima.
Así que olvídate de frases típicas como “hasta que no dejes de llorar no te pienso hacer caso”; “Vete castigado a tu habitación por montar ese numerito” o “como no dejes de llorar voy a ir yo y vas a llorar por algo”.
En ese intento de buscar alternativas con las que ayudar a nuestro hijo a superar esa rabieta, nos vemos en el bucle de “¿qué puedo hacer?”.
Una alternativa aprobada por expertos como Lorena García Vega, educadora infantil certificada en Disciplina Positiva, es crear en casa un ‘Rincón de la Calma’. Un espacio al que el niño pueda acceder siempre que lo necesite o lo desee. Un espacio en el que pueda autocontrolarse con actividades estimulantes y relajantes. Eso sí, es muy importante que el niño no lo utilice solo al principio. Habremos de acompañarlo hasta que sepa exactamente qué es y lo tome como ‘su rincón de paz’.
A continuación, te explicamos todo lo que necesitas para crear uno en tu casa sin que te cueste mucho dinero.
Define el espacio
Lo primero es elegir el espacio donde irá instalado: puede ser cualquier esquina de tu casa que tengáis en desuso. Se lo presentaremos al menor y, junto a él, comenzaremos a elegir todos los elementos indispensables que irán dentro.4Una nota importante es que todos los elementos que incluyamos dentro de este rincón de la calma deben estar a la altura del peque. Deberá poder alcanzarlos siempre que los necesite.
Mantas y cojines, indispensables
Ante todo, ha de ser un espacio cómodo, donde el niño pueda pasar mucho tiempo. Así que prepara mantas y cojines para que pueda tumbarse o sentarse siempre que lo desee. Esta manta slow de Saro Baby es ideal como colchoneta porque es súper mullida. Además, podrá utilizarla desde bebé.El cojín tan bonito y cómodo es de Maisons du Monde.
Un pompero
Elementos interesantes para incluir en el rincón de la calma son todos los que ayuden al niño a controlar su respiración para relajarse. Un pompero puede ser una opción genial, pero también un molinillo o un globo que puedan hinchar y deshinchar todas las veces que necesiten.
Plastilina y otros materiales relajantes
Uno de los beneficios de jugar con plastilina es que este material ayuda a controlar la ansiedad y el estrés infantiles. Así que algunos botes de esta masa o, incluso, algún juego como los nuevos lanzamientos de Play Doh no pueden faltar en vuestro rincón. Amasando sin parar el niño logrará olvidarse de eso que le tenía tan mal.
Cuentos de gestión emocional
No nos cansamos de repetirlo: los cuentos son un recurso fabuloso para enseñar cualquier cosa a los pequeños. Se adaptan perfectamente a su nivel de aprendizaje y son tan ilustrados que les llaman muchísimo la atención.El cuento que proponemos aquí es ‘Todo lo que sé cuando me enfado’, de la Editorial Combel. Todo un referente en la gestión de las rabietas. Pero no es el único título que podéis incluir en su rincón de la calma. Eso sí, intentad recopilarlos todos en una cajita que pueda alcanzar cuando lo necesite.
Libros de mandalas, lápices de colores y folios
Colorear mandalas reporta beneficios relajantes y eso es algo de lo que también nos podemos beneficiar los adultos.Así que, un buen libro para colorear o, en su defecto, muchos papeles y folios donde puedan expresar y descargar su rabia nunca vendrán mal.
Tarro de la calma Montessori, reloj de arena…
Aquí te contamos los beneficios de los tarros de la calma Montessori y, además, te enseñamos cómo fabricar uno casero. Así que sería genial fabricar uno con tu hijo y, luego, incluirlo como imprescindible dentro de su rincón.
Su objeto de apego y otros peluches
Uno de los objetivos del rincón de la calma es que el niño se sienta a gusto y seguro allí. Así que su objeto de apego no puede faltar. Como tampoco puede faltar una selección de sus peluches favoritos. Sentirá que está acompañado por ellos cada vez que lo necesite.
Elementos que sirvan para estimular
Un cuento con diferentes texturas, un panel con texturas diferentes que pueda tocar y con las que pueda experimentar…
Juegos de mesa, puzles…
Los juegos de mesa y los puzzles pueden hacer que olvide al instante eso que le estaba causando tanto malestar. Como distracción van genial.Además, obligarán al niño a estar completamente concentrado en ellos, así que se olvidará de la rabieta en un segundo.Este que presentamos es ‘Mi primer libro puzzle’, de Lilliputiens y mejora la concentración y la relajación de los peques.
Fuente: Serpadres.es